4 de junio de 2017, Eungella national park.
A las seis de la mañana más o menos escuché un “happy birthday, baby”. Gracias a Jan recordé que era mi cumpleaños. Recibí mis veintiséis años en el medio de la nada. Estábamos, como de costumbre, solos en el bosque. Ese día caminamos bastante y después de mucho desearlo, vi las primeras cascadas que me encontraría en Australia. En una de ellas, escalé hasta la cima donde tuve una vista privilegiada de la caída del agua.
Jan me regaló unas clases básicas de manejo dictadas por él mismo. Fue divertido aprender a manejar en otro idioma y del lado opuesto en que se maneja en Argentina. Además, el tamaño del Jeep hacía que tuvieras que levantarme un poco para ver y maniobrara de forma exagerada.
Fue, sin dudas, un cumpleaños diferente. Deseé tener más cumpleaños así.
