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  • Foto del escritorMarcia Soto

los nuevos compañeros

23 de junio de 2017, Cape Tripulation.


Daintree rainforest.

Llevaba dos días viajando en grupo. Se sumaron al viaje Lindsey y Omer, ambos contactados por Mayo. Había muchos momentos de rispidez y eso hacía la convivencia complicada. Lindsey, canadiense, se tomaba su tiempo para todo y le costaba cumplir con las pautas del grupo. En cambio, Omer, israelí, era muy estricto con la organización y le molestaba que las cosas no tuvieran un orden. Lindsey se había ganado el odio de todos por ser bastante molesta. A mí en particular, me trataba como si yo no supiera hablar inglés. Se afanaba en traducir lo que me decían en un mal español sin importar que le expliqué que prefería hablar inglés. Omer, en cambio, me caía bien. Habíamos tenido conversaciones interesantes y era amable. Mayo resultó ser algo autoritario y organizó desde el minuto uno el viaje.


Para mí gusto, no había buen clima. Muchas críticas y caritas por detrás daban vueltas. No me sentía a gusto. Especialmente porque me había acostumbrado tanto a Jan que lo extrañaba con locura. Hablaba poco y de hecho, me interesaba más llegar a Darwin que el viaje en sí.


Dormíamos todos en una carpa, excepto Lindsey que quiso usar la suya. Nos dividíamos las tareas de cocinar y lavar. Todas las decisiones se discutían, para mí en exceso, y eso daba a pie a desacuerdos. Finalmente, Lindsey decidió no seguir viaje. Así que quedamos tres. A partir de su salida, empecé a disfrutar más del recorrido. Sin ella, los chicos y yo nos llevamos mejor y empecé a desenvolverme con menos timidez.


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