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  • Foto del escritorMarcia Soto

las tan ansiadas playas tailandesas

4 de julio, sur de Tailandia.


Para escapar del calor de la ciudad, me fui al sur de Tailandia que está plagado de islas y playas. Mi primera parada fue la isla de Kho Samui. El agua era calma y cristalina y la arena blanca. Sin embargo, esos días estuve muy introvertida con lo cual no conocí mucha gente. Me dediqué básicamente a comer y nadar.


De Kho Samui me fui a Ao Nang. Fue una pesadilla llegar. Me compré un tipo de pasaje llamado joint ticket que incluía ferri y micro. Resultó ser una estafa. Se trataba básicamente de varias conexiones de colectivo público que obviamente los locales pagaban a precios mucho más bajos. El viaje duró casi todo el día (unas cuantas horas más de las que me habían dicho en el hotel) y me encontré con que en Ao Nang la playa no era linda ni había mucho para ver. Era la única persona en el hostel así que casi no abrí la boca en dos días.


Las mujeres locales suelen cubrirse exageradamente del sol y usar kilos y kilos de protector solar hasta que sus caras se ven blancas por el exceso de crema. Es que en su cultura ser negro implica ser pobre y eso no es considerado bello.
En barco a Raily beach.

Me tomé entonces un barquito que parecía que se iba a hundir en cualquier momento a Railay beach. Ahí me volvieron las ganas de viajar. La playa superó mis expectativas. Era de esas playas que uno suele ver en las fotos publicitarias de Tailandia. El mar cristalino encerrado por montañas muy particulares era maravilloso. Eso sí, un hermoso monito se robó toda la comida que llevaba en la mochila mientras yo nadaba. Tuve que ir yo misma a espantarlo porque el muy atrevido seguía revisando mis cosas sin piedad mientras todos le sacaban fotos.


Un barco más me llevó a Koh Phi Phi. En esta isla pasé muy buenos momentos. Conocí gente, fui a una fiesta en la playa, hice un tour por Maya bay, conocida por ser la playa donde se filmó la película de Leonardo DiCaprio, The Beach. Todos los paisajes eran de ensueño.


En este punto me di cuenta que antes había estado sola por decisión propia. En cuanto me abrí a los demás, mi viaje empezó a ser mucho más divertido.


Maya beach.

Koh Phi Phi.

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