28 de julio de 2017, Chian Rai.
Fui a visitar las mujeres jirafas. Se trata de una tribu conocida porque las mujeres cargan anillos de metal en sus cuellos haciendo que parezcan más largos. Pensé que la imagen iba a ser aterradora pero no lo fue. Son mujeres como cualesquiera otras tratando de vender sus artesanías para sobrevivir. Intenté hablar con una nena de la tribu pero fue imposible. Sólo conocía palabras como “buy something” o “baths 250”.
Me fui de la villa un tanto triste preguntándome si esa costumbre, que me pareció una tortura, se debía a una tradición o a la búsqueda desesperada de ganar algunos billetes. También sentí vergüenza de mi propio comportamiento. Fui un turista más buscando ver algo exótico.
En la ciudad, visité más templos. Los hay de todos los colores, blanco, azul, negro. Me gustaban los templos, aunque después de un mes en Tailandia había perdido mi capacidad de asombro.
Por otra parte, todos los días extrañaba un poquito más. Me di cuenta que un buen momento no lo hacen los lugares sino las personas con las que se comparte. Incluso cuando Tailandia fue excelente me estaba faltando compañía. Fue así que puse expectativas en mis próximos destinos, Camboya y Vietnam.
White temple
Blue temple
